La nueva normalidad nos afectó a todos pero especialmente a los padres y madres que trabajan, pues ahora tienen que enfrentarse además de las responsabilidades del trabajo, a apoyar a sus hijos en edad escolar con las clases a distancia.

Los estudiantes y maestros estarán separados físicamente y los procesos de enseñanza y aprendizaje tendrán lugar mediante la tecnología, ¿cómo lograr el balance entre el trabajo, la escuela y la familia en casa?

Responsabilidades

Los docentes y los estudiantes estarán navegando en barcos distintos, que se van acompañando a la distancia; las madres y padres tendrán un rol más activo en este trayecto, que el que tuvieron en el pasado.

La encuesta sobre la “Educación durante la contingencia por el COVID-19” que se aplicó durante mayo y junio de 2020, bajo la iniciativa de Juntos por el Aprendizaje,1 revela que la mayor parte del cuidado y acompañamiento escolar de los hijos recae en las madres, 57.8% y 62.5% respectivamente, en comparación con el 19.9% y 18.4% en los padres. Este sesgo no es un fenómeno reciente sino el resultado de la estructura del mercado laboral y de las normas sociales. Algunos dirán que es porque la mayor parte de las mujeres son madres solteras o se dedican al hogar, pero, al menos en esta muestra, el 72% son hogares biparentales y el 75% de las mujeres trabajaba al igual que los hombres y aun así la mayor parte de la carga de los hijos y responsabilidades del hogar recayó en las mujeres

Aprendizajes

A finales del ciclo escolar anterior, el 85% de los padres de familia mencionaron necesitar apoyo para acompañar o facilitar las actividades escolares de sus hijos desde casa, este porcentaje fue más alto entre las madres y quienes tienen hijos en inicial, preescolar y primaria. El principal apoyo que solicitan las madres tiene que ver con temas logísticos y organización del tiempo (29.3%), seguido por temas tecnológicos (26.5%), socioafectivos (19.8%), pedagógicos o de contenidos curriculares (16.5%); mientras que el principal apoyo que solicitan los padres es tecnológico (32.3%). Algunos de ellos (19%) reconocen que carecen de los conocimientos necesarios y varios (37%) que no saben cómo motivar a sus hijos para continuar con una educación a distancia.

En general, el principal obstáculo que mencionan los padres de familia es poder adaptarse a la nueva rutina: balanceando adecuadamente el tiempo para trabajar desde casa, con distracciones constantes, y para ayudar a sus hijos con las tareas escolares. El 54% de las madres expresa que era difícil o muy difícil organizar el tiempo durante la contingencia, comparado con el 48% de los padres.

Redes de apoyo

Según el INEGI, casi 16 millones de mujeres trabajadoras son madres y 30% de los hogares está a cargo únicamente de las madres. Antes del coronavirus, la mayoría de las madres trabajadoras dependía de un sistema de apoyo para el cuidado y aprendizaje de sus hijos.  Encargarles el cuidado de los niños a los abuelos dejó de ser una opción para muchos ya que son una de principales poblaciones vulnerables de contagio. Desde el confinamiento, las madres y padres de familia han buscado a personas de la familia nuclear, familia extendida y grupos de amigos para contar con apoyo emocional, aunque sea a la distancia.

Sensación de mareo

Como en altamar, muchos padres de familia han sentido una sensación de mareo y pérdida de equilibrio emocional en los últimos meses. Comparado con su situación pre-COVID, los padres de familia indican que su estrés (67%) y cansancio (47%) han aumentado. Estos aumentos son más pronunciados entre las madres que entre los padres. Muchas madres describen sentirse abrumadas, agotadas (física y mentalmente) y culpables, como no lo habían experimentado antes. A pesar de esto, más de la mitad de ellas mencionan que sus hijos han estado contentos o felices estos meses.

Aun cuando muchos varones están compartiendo responsabilidades domésticas, la carga mental tiende a ser más alta entre las madres, quienes reportan estar continuamente buscando que todos en casa estén bien y felices.

Usa el viento a tu favor

Mientras navegamos de forma distinta por nuevos mares, los padres de familia deben aprender a ser flexibles, menos exigentes y ajustar expectativas para mantener la salud emocional y poder acompañar a los hijos en su desarrollo.

Enfócate en ser una buena madre o padre; es decir, en alguien que sabe tomar las decisiones correctas para buscar el bienestar de sus hijos.

Atesora las cosas que has podido hacer con tus hijos en estos meses: cocinar, jugar, leer, conversar.

Busca alguien en quien apoyarte cuando sientas que ya no puedas remar.

Fuente: Animal Político, María Elena Ortega Hesles

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