Durante el tiempo que llevo en la fundación he conocido toda clase de beneficiarios, los que quieren aprender, los que quieren ya saberlo todo, los que quieren que el maestro les diga que poner en cada respuesta. También hay una clasificación de los casi beneficiarios: los que dicen ya mañana voy al aula, los que iniciarán el lunes (alguno de ellos sí llegan el lunes).

Pero es muy grato ver concluir sus niveles a quienes se esfuerzan día con día, cuando uno tiene la dicha de encontrar a beneficiarios que tienen la constancia en el trabajo y en el aula, uno sabe que esa persona logrará su objetivo. En estos casos uno comparte su alegría y frustración, hay momentos en los que se requiere de motivación y esfuerzo, a veces se bloquean o tienes problemas en su vida diaria que les impide poder entender el tema visto, pero el que decidan regresar al día siguiente, intentarlo una y otra vez hasta lograrlo, eso es lo que los diferencia del resto. Y ese esfuerzo es el que merece ser reconocido.

En esta ocasión fue el viaje a Acapulco, es el primero que me toca conocer dentro de la fundación. El elegir a aquellos beneficiarios que han podido sobrepasar todos los retos, académicos, emocionales, laborales, familiares y hasta temporales, pues es el tiempo que deben dedicar al aula, a aprender y en realidad a ellos mismos.

El agradecimiento que ellos demostraron hacia la fundación y hacia el asesor es real, es una oportunidad única. La alegría que les da cuando te cuentan cómo les fue o ven sus fotos es sincera y ante eso hay que reconocer el esfuerzo que se hace en Construyendo y Creciendo para lograrlo, hay que decirles y compartirles a todos y cada uno de ustedes que los beneficiarios lo agradecen y ese viaje los motivo muchísimo para continuar.

Espero poder compartir con ellos más logros y más aprendizajes de los beneficiarios, pero sobre todo de aquellos que dejan huella en el aula y en nosotros.

Estela Barradas Varela, Asesora aulas Calle 4 y Santa Martha

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