Trabajar a distancia es un reto que muchas personas han tenido que enfrentar, incluida yo. Encontrar o adaptar un espacio propio para realizar mis actividades laborales de la mejor manera fue casi un sueño guajiro las primeras semanas. Encender la computadora “tempranito” es mi meta diaria. Terminar en punto de mi hora de salida se ha vuelto una meta imposible de lograr.
Quejarme del dolor de hombros, de cabeza o de espalda por el estrés que me genera conectarme a cursos o reuniones por medio de zoom ha sido el pan de cada día, sin embargo continuo motivada, pues continuar con nuestra labor me da ánimo para enfrentar cualquier situación negativa.
Por suerte tengo un par de gatos que hacen más llevadera mi situación, y un compañero que acepta hacer cada tercer día la comida y lavar los platos en turnos. He salido pocas veces a la calle, siempre por necesidad y tomando las medidas necesarias con el objetivo de cuidar mi salud y la de los demás.
No puedo quejarme, me va bien, conservo mi trabajo y un sueldo que cubre mis necesidades básicas, la renta y la comida de mis gatos. Cuento con las herramientas que necesito para desempeñar mi labor, ¿qué haría sin Internet? Mi computadora aún acepta actualizaciones de Windows y soporta más de una pestaña abierta en el navegador, así que puedo decir que cuento con lo necesario para continuar con mi labor.
De hecho, mi vida es sencilla, privilegiada si la comparo con la vida de la gran mayoría de personas en México que no pueden quedarse en casa, que perdieron su trabajo o que apenas si ganan lo de la comida del día. Familias que ni siquiera pueden asegurar la educación de sus hijos porque no tienen una computadora o un celular inteligente, o si cuentan con uno no es seguro que tengan acceso a Internet o que cuenten con dinero suficiente para comprar datos.
Esos son verdaderos problemas, son los problemas de muchas de las personas con las que trabaja Construyendo y Creciendo, pues tienen que salir de su casa todos los días para enfrentando la realidad de un mundo que pasa por una pandemia, esto para asegurar el sustento y el de sus seres queridos.
Además, nuestras y nuestros destinatarios también tienen que enfrentar obstáculos para continuar con sus estudios, pues no basta con estar dispuesto o dispuesta, tener tiempo y saber leer y escribir para retomar su educación en el contexto de esta nueva normalidad, ahora también es necesario contar con habilidades digitales, herramientas tecnológicas y el acceso a Internet.
Construyendo y Creciendo ha sabido adaptarse y sortear algunos de los obstáculos que nuestra población enfrenta para retomar sus estudios.
Carolina Ortega / Coordinadora de Fortalecimiento Institucional