Trabajar desde casa desde mediados de marzo, ha sido una experiencia diferente, inusual e inedita. Había realizado tele-trabajo (home office) con anterioridad, de hecho, lo había disfrutado mucho. No obstante, esta situación es distinta. No es lo mismo trabajar desde casa en “condiciones normales”, que de manera obligatoria. No es lo mismo estar en tu hogar, tranquilo, sentirte inspirado, trabajar y luego salir a caminar, a tomar un café, a comer a un restaurante, que estar en casa porque afuera hay una amenaza real y latente. Aunque el proceso sea parecido, mentalmente es un hándicap.
No obstante, este tiempo ha servido para reflexionar en muchas cosas, ver aspectos diferentes del trabajo, ya que a pesar de no ver a los compañeros día a día hemos estado juntos mediante videollamadas y me atrevo a decir que los lazos entre nosotros se han estrechado.
Se dice que hablar por escrito, permite conocer mejor a las personas, nos quita muchas distracciones visuales y el inconsciente interviene en gran medida a la hora de redactar algún mensaje. Esto lo he podido experimentar al máximo con los compañeros, sobre todo con los más cercanos.
De igual forma, me agrada saber que desde mi cuarto “puede crearse la magia”. La tecnología nos ha permitido continuar en comunicación y no dejar de realizar la labor que nos caracteriza como fundación. El formar parte de Construyendo y Creciendo me ha permitido conocer a gente maravillosa con la que he trabajado de manera estrecha y aún me falta a muchos otros más por conocer, lo cual haré al regresar a nuestro lugar de trabajo.
Debo decir que no es lo mismo sobrevivir que vivir plenamente, al final de cuentas somos mamíferos y, en mayor o menor medida, somos gregarios, disfrutamos de la compañía de otros, de la naturaleza, aunque sólo sean esos árboles de la ciudad. Esto también pasará y como país nos repondremos. Sé que el decrecimiento se corregirá en cuanto se retomen las actividades y en la esfera personal, disfrutaremos muchas cosas que nunca pensamos disfrutar.
Quizá la mayor de las enseñanzas que me ha dejado la pandemia, ha sido el valorar la compañía de los seres queridos y la naturaleza.
Aldo García Castro / Coordinador de procuración de fondos