A lo largo de la historia de la Fundación Construyendo y Creciendo, ha habido más de 50 asesores educativos que han sido pieza fundamental del éxito del proyecto, cada uno de ellos con sus diversas habilidades ha motivado el crecimiento de sus alumnos, ha sido ejemplo de superación y sobre todo de motivación para que cada uno logre sus metas.
El trabajo del asesor nunca ha sido fácil, en primera instancia porque se enfrenta a un contexto que no es el común, la construcción es un espacio en el que convergen diversas características tanto positivas como negativas que juegan un papel importante para que el trabajador decida o no incorporarse a las aulas.
Un asesor de Construyendo y Creciendo debe de tener un alto grado de compromiso y tolerancia a la frustración ya que no es fácil convencer a cada trabajador de la importancia de ejercer el derecho a la educación que como tal, tenemos todos, por tal motivo el asesor no solo se dedica a brindar las asesorías a sus alumnos en sus aulas, sino también representa un factor de cambio dentro del contexto de obra ya que debe vincularse con todo el personal para establecer relaciones de apoyo logrando así, un mayor éxito del proyecto.
El asesor se convierte en un gran apoyo en el proceso educativo del alumno, fortaleciendo su autoestima para que no desista de cumplir sus metas, para que no se deje llevar por los comentarios negativos que otros trabajadores puedan ejercer sobre la decisión de estudiar, a pesar de que ya sea un adulto, se dice fácil, pero lograrlo no lo es.
Muchas de las ocasiones también se convierte en un confidente, ya llegan a conocer situaciones personales de cada uno de los alumnos, aquellas cosas que pueden favorecer o no la permanencia en el aula, esto no es algo para lo que se esté preparado, sin embargo, el asesor hace un gran esfuerzo por responder brindando un apoyo moral.
Al final del día el asesor es el creador de un espacio de comunidad, de respeto, tolerancia y aprendizaje dentro de las aulas, siendo esta un excelente motivador para muchos de los alumnos.
No me queda más que reconocer y hacer evidente que su labor es una pieza fundamental en el crecimiento de la fundación, en lo personal me enorgullezco de la lucha que día a día hacen para mejorar la situación de cada uno de ellos, e impulsarlos a lograr metas cada vez más grandes. Agradezco que me contagien de esa chispa y hagan de este proyecto algo excepcional.
Cecilia Galicia, Subgerente Educativo