Si bien sé que mi labor es educativa, no deja de ser humana, por lo tanto es necesario motivar a las personas para que confíen en sus capacidades, inteligencia, sabiduría y su valía como seres humanos. Estoy agradecido por  trabajar en un lugar donde me es posible apoyar a las personas.

Entrar al aula es como viajar en el tiempo, pues entramos de una manera y salimos con otras ideas, siendo otras personas. He visto como las personas rompen con sus barreras mentales de: no puedo, no quiero, es difícil, no tengo tiempo, no me sirve, ¡ya para qué! . La educación es tan vital como comer, beber agua o respirar, sin esta, nuestra calidad de vida se ve mermada. Como fundación no solo apoyamos a que los obreros de la construcción sepan leer y escribir, que terminen su primaria, secundaria, bachillerato, algún curso de computación o capacitación, sino colaboramos a que surjan personas mejor preparadas, mejores mujeres/ hombres, mejores padres y madres. Estar dentro de la obra es como ver a nuestro país representado en cada uno de los espacios que la conforman, gente de diferentes lugares de la república, algunos con idiomas diferentes, de distintos niveles socio económicos, diferentes oficios y grados de preparación es algo que hace única a nuestra población. Por último me gustaría decirle a quien nos esté leyendo que este proyecto tiene un nivel más profundo en la transformación de la vida de los obreros y es gracias al apoyo de muchas personas que todo esto puede ser posible.

Luis Eduardo Valdivia Salinas, asesor educativo en obra.

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