Hace tiempo leí un cuento que se llama “Buena suerte, mala suerte ¡quién sabe!” Cuento chino – Anthony de Mello, cuya reflexión es la siguiente: hay circunstancias adversas, de las cuales se puede encontrar aspectos positivos. Por el contrario, lo que en un momento parece bueno, quizás no lo es, pero estas situaciones se tiene la oportunidad de obtener un aprendizaje y tener una experiencia que te hace crecer.
En la actualidad estamos viviendo una situación adversa, la pandemia por COVID-19, ya que ha causado daños a nivel mundial en todos los aspectos, pero principalmente en la salud, lo social y lo económico; sin embargo, tiene aspectos positivos, entre éstos el trabajo colaborativo de los investigadores, tanto a nivel nacional como internacional, para encontrar una vacuna para esta enfermedad y quizás para otras como el cáncer y el SIDA; también hay menos contaminación ambiental, los océanos, lagunas y lagos están más limpios, se ha observado la aparición de especies que se consideraban extintas; hay menos accidentes de tráfico; surgieron nuevos hábitos de higiene y también la solidaridad se ha hecho presente hacia los que menos tienen.
En lo personal, en el inicio del confinamiento, sentí miedo, ansiedad e insomnio, pero en una noche en las que no podía dormir, reflexioné y me di cuenta que mi familia y yo somos muy afortunados, pues hasta la fecha no hay ningún familiar que haya contraído el COVI-19; otro aspecto positivo fue la convivencia familiar, pues antes del confinamiento casi no convivíamos debido a los horarios de trabajo, en cambio en la cuarentena la mayoría de mi parentela trabajamos a distancia y nos dio la oportunidad de comer o cenar juntos, de platicar o de realizar algún juego de mesa. Tampoco hubo la preocupación por la economía, pues ninguno de los miembros de mi núcleo familiar perdió el empleo, aunque existió una reducción porcentual para algunos con el apoyo de todos nos permitió cubrir los gastos. Hoy doy gracias a Construyendo y Creciendo por el trabajo que tengo y el cuidado de la salud que hicieron durante la cuarentena.
Cuando regresé al aula, me conscienticé que la responsabilidad de cuidarnos es de cada persona y bien dice el slogan “¡Si te cuidas tú, nos cuidamos todos!”, por lo tanto es necesario que no bajar la guardia y seguir tomando las medidas preventivas para no contraer la enfermedad. Considero que además de ser una responsabilidad, también es un acto de amor hacia los demás.
Deseo que ustedes también se encuentren bien en compañía de su familia y que encuentren aspectos positivos ante esta situación adversa.
Sonia López Hernández /Asesora de CyC