El trabajo en la construcción es mayormente conocido como un terreno dominado por los hombres, sin embargo, cada vez más mujeres se hacen presentes en diferentes oficios. De acuerdo al Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), en México más de 2 millones se dedican a la albañilería, apenas el 0.4% son mujeres.

En Construyendo y Creciendo conocemos a muchas de ellas que además de dedicarse a la construcción, aprovechan las aulas que la fundación coloca en el interior de las construcciones para estudiar, pues aspiran a ser mejores cada día, aquí te compartimos algunas historias:

Ana Castillo, estudiante del aula Mezquital

“Yo llegué a México a los 14 años y empecé a trabajar limpiando casas, mi esposo es quien empezó trabajando en la construcción. Un día me contó que en la obra pusieron un aula y ahí terminó su primaria, así que decidí pedir trabajo para poder estudiar yo también. En la obra hago de todo, limpio, recojo cascajo, pinto barandales, ando para arriba y para abajo. La verdad si es un trabajo pesado ¡hasta bajé de peso de tanto ejercicio que hago en la construcción! Lo bueno es que al terminar puedo aprovechar para estudiar y ya terminé la secundaria”.

Reyna Guarneros, estudiante del aula Villa Coapa

“Mi trabajo en la construcción consiste en abrir camino para que los camiones que transportan material puedan pasar, ya que son unidades muy grandes y a veces ocupan todos los carriles. Yo me encargo de poner la cinta que bloquea el paso, detener el tránsito y asegurar que puedan entrar y salir de la obra sin ningún accidente, es peligroso y con una gran responsabilidad pero me gusta mucho. Al terminar me voy al aula para estudiar, ya logré terminar mi primaria y ahora voy por la secundaria”.

Elsa Rosaura Hernández, estudiante del aula San Isidro

“Me encargo de operar el elevador en la obra, un trabajo riesgoso pero que es muy importante para transportar a mis compañeros a los diferentes donde están laborando, también hago limpieza de materiales pesados. Me levanto muy temprano para dejar a mi hijo listo para la escuela y además llegar a tiempo al trabajo, él es mi motivación para superarme y por eso me inscribí al aula. Nunca pensé que terminaría la primaria y así fue, me siento feliz de tener este espacio en donde trabajo”.

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