Durante estos meses en los que hemos tenido que resguardarnos y replantear nuestros hábitos de higiene y salud, también he podido darme el tiempo de pensar en lo verdaderamente importante para mi equilibrio, para pensar en lo que hago en relación con los otros y en mejores formas de ensayar mi libertad personal.
Estar en calma, como lo dice la tradición taoísta, es una forma de reposo, de concentración de lo que en potencia se encuentra en nosotros, es una forma de acrecentar nuestras energías y pensar en los mejores canales para expresarlas, darnos el tiempo de parar permite que podamos ser más minuciosos y más detallados en nuestras acciones y planes, detenernos en el camino nos permite observar el paisaje, nos permite escuchar, predecir lo que viene, estar en calma no quiere decir que nos recostemos en el ocio y el descanso, estar en calma quiere decir prepararse, planear, dirigir y organizar los recursos para la acción.
Ante la pandemia, las estructuras no tienen forma, no hay manera de calcular nada, todas las opciones se escapan entre el paro económico y la posibilidad de salvar vidas, mediante las medidas de control que parecen llevarnos en camino a la desesperanza, por eso es ahora cuando más debemos recurrir a acercarnos a nuestros familiares, a nuestros amigos, a nuestro equipo, nuestros conocimientos que pueden servir a mantener el tejido de las reciprocidades sociales.
En la esfera de la educación, la pandemia ha trastocado el modelo desarrollado en función de estar con el otro, ahora estar es la imposibilidad, entonces el sistema educativo debe cambiar si quiere afrontar la situación de la pandemia, el problema es que no hay signos, nadie nos puede decir que hacer, somos los mismos docentes quienes debemos romper nuestra propia práctica, asomarnos a la visibilidad de un mundo distinto donde no toda la educación podrá basarse en el contacto, donde lo humano deberá ser digerido por la máquina antes de llegar al estudiante, donde las herramientas para enseñar son gadgets, máquinas, apps las que delimitan la posibilidad de transmitir, deciden las formas y momentos de la acción en clase y evaluación, docente y estudiante parecen tomar un papel similar frente a las TIC.
Este tiempo es decisivo para crecer en lo que no somos fuertes, para capacitarnos, para aprender nuevas técnicas, la practica será nuestro mejor aliado, en lo personal practicar nueva formas de estar, me ha servido para acercarme desde la lejanía a los estudiantes, para estar con mi equipo de trabajo, acompañarnos a aprender juntos las nuevas herramientas y medios nos dio la fuerza para vencer el miedo a lo desconocido, aprendiendo y equivocándonos juntos estamos construyendo caminos nuevos. Estar con los otros por todos los medios posibles es nuestra mayor herramienta para vencer la imposibilidad de estar.
Para cerrar me gustaría traer a cuenta el concepto de Estado Naciente de Francesco Alberoni, pues considero que nuestra sociedad, nuestros Estados, nuestras profesiones y nuestras vidas se encuentran en un momento decisivo, este concepto de forma resumida nos dice que en los momentos en que lo institucionalizado entra en crisis, surge entre las personas un sentimiento de comunión y de posibilidad de un nuevo estado de cosas, de un mundo nuevo y mejor, este sentimiento permite a los grupos y los individuos llenarse de fuerza para transformar las situaciones, para que juntos puedan abrir grietas en las estructuras del sistema, para que juntos puedan buscar el mundo mejor.
Juan Carlos Hernández Torres / Asesor Educativo