“¡Maestro, apenas y sé mandar un mensaje por WhatsApp, por culpa del autocorrector escribo cosas sin sentido, no reconozco el significado de varias de “las caritas” y usted pidiéndome que descargue lo que me envió, responda las preguntas y se lo reenvíe contestado!”
El anterior mensaje fue una contestación de la señora Catalina Ibarra Cabriales, quien acaba de cumplir 52 años el pasado 14 de junio. Ella es vecina de la colonia El Cantoral, en Pesquería Nuevo León y que debido a la contingencia sanitaria, no pudo ser inscrita ni tampoco presentar su primer examen de Prepa Abierta.
Ella, afortunadamente, me cuenta que finalmente ha logrado consolidar su pequeño negocio, una tortillería, que se encuentra frente a nuestra aula del aliado VIDUSA y que gracias a estos últimos, hemos podido darles a los vecinos la oportunidad de estudiar y concluir su primaria y secundaria y cursos de computación.
Debido a que la señora Catalina pertenece a una generación que en su niñez y juventud no dispuso de la tecnología que en la actualidad tenemos, le es muy complicado esto es estudiar con un celular en mano o en alguna computadora. Otros alumnos me indican que no disponen de algún smartphone con buena capacidad de almacenamiento o rapidez para instalar las aplicaciones necesarias para llevar a cabo tareas en línea y claro, algunos no cuentan con internet en sus casas. Sin embargo sus ganas de continuar con sus estudios son más y ambas partes buscamos la comunicación para que la distancia no sea un impedimento para su aprendizaje.
Nosotros como fundación trabajamos con los recursos que tenemos a la mano, con el material disponible, con el grupo de trabajadores que conforman la empresa y, por sobretodo, con el alumno que reconoce que quiere ser algo más, quiere aprender algo más, quiere “saber pensar” de forma diferente, terminar esa primaria, esa secundaria, esa prepa que en su momento no pudieron; quieren ser técnicos, licenciados, ingenieros, padres de familia que darán a sus hijos algo que ellos no tuvieron, y sobre todo el ejemplo de superación a pesar de las adversidades.
“En ocasiones, sólo hace falta una pequeña chispa para desatar todo un
incendio”. Como asesores, ayudemos a encender esa chispa, y que ese incendio sea de ideas, de pasiones, de logros y sobre todo, de la creación de mejores ciudadanos con conciencia de género, ecológica y social.
Nestor Rodríguez / Asesor educativo