Sabemos que estudiar y trabajar no es nada sencillo, especialmente para los adultos que además, tienen responsabilidades como llevar el sustento a sus hogares, sin embargo con mucha constancia y esfuerzo los resultados son muy satisfactorios.

En Construyendo  Creciendo tenemos el privilegio de ser parte de muchas historias de éxito de los trabajadores de la construcción, quienes se inscriben a nuestras aulas para estudiar desde alfabetización hasta preparatoria. Conoce sus experiencias desde sus propias palabras.

Timoteo Hernández, 57 años, albañil, aula Manigua de Grupo Eco y Cemposa

“Retomé mis estudios porque quiero aprender a leer y escribir, no me quiero morir sin haber logrado esto. Cuando era niño ya no fui a la escuela porque tuve un accidente que me dejó muy mal física y emocionalmente y se me hizo imposible volver a estudiar, además la economía familiar no era buena.

Un compañero me contó que en mi lugar de trabajo había un aula y pues me animé a venir. Me gusta el método de enseñanza porque la maestra nos tiene mucha paciencia, no nos enseña como si fuéramos niños sino como adultos ¡ya aprendí a escribir mi nombre y apellidos! Además ya comencé a leer palabras pequeñas, me gustaría terminar mi primaria”.

Rosalía Hernández, 43 años, mantenimiento, aula Tultipark de Parks.

“De niña viví una situación de violencia en mi casa por lo que me tuve que ir en cuanto tuve la oportunidad, me casé y tuve a mis hijas. A pesar de eso yo nunca he sido de las que se conforman, siempre he querido salir adelante. Tenía muchos sueños pero por falta del apoyo de mi mamá no pude lograrlos, por eso hoy decidí terminar mi secundaria.

Quiero ser un ejemplo para mis hijas, que vean que no deben rendirse. Mi abuela me dijo que todo lo que consiguiera debía ser a base de trabajo y es lo que quiero que ellas aprendan. A veces es difícil porque sales cansada de trabajar, pero sé que vale la pena”.

Prisco de la Cruz Miranda, 56 años, ayudante de albañil, aula Cantera de Carza.

“Me siento muy satisfecho de lo que he logrado, poner mi mente a trabajar me da mucha satisfacción ya que esto me ayuda a lograr todos mis objetivos.

Anteriormente me había desanimado por comentarios pesimistas, me decían que ya estoy viejo y no iba a aprender nada, pero puedo decir de manera personal que eso es mentira, gracias a la educación yo he crecido en todos los sentidos.

Me siento pleno en estos momentos el aceptar y superar los retos que se han presentado, fue muy difícil aprender computación porque no me gustaba y los retos que esto representó pero lo logré”.

 

Edith Salmerón ,coordinadora de comunicación.

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